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14º domingo Tiempo ordinario (C)
Después de pasar una noche en oración, Jesús elige a doce
de entre los numerosos discípulos agrupados en torno a él; son «los apóstoles».
Pero esta elección no hace de los doce un grupo cerrado. Testigos de entonces
han informado a san Lucas de que el Señor designó también a un grupo de
discípulos anónimos: setenta y dos, como el número de clanes descendientes de
Noé que repoblaron la tierra después del diluvio (Gn 10). Jesús los envió «por
delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él».
Las instrucciones que les da, idénticas a las que reciben los doce, así como el
contenido del mensaje que se les confía, muestran con toda evidencia que en
realidad tienen el encargo de anunciar la Buena Noticia, y no sólo de preparar
materialmente la llegada de Jesús.
Sin duda, san Lucas recoge esta información porque ve en
la misión de los setenta y dos una prefiguración de lo que ocurrirá después de
Pentecostés. Efectivamente, es entonces cuando los discípulos, llamados también
ellos apóstoles, son investidos del mismo ministerio. Más tarde también otros,
en gran número, se asociarán a ellos. Los setenta y dos constituyen así las
primicias de los misioneros y predicadores que llevarán la Buena Noticia de la
paz de Dios a todos los pueblos, hasta el día en que Satanás, definitivamente
vencido, «caiga del cielo como un rayo».
Estos enviados del Señor recorrerán la tierra entera, y
no ya sólo los pueblos y aldeas del pequeño país donde Jesús ha ejercido su ministerio.
Harán de todas las naciones un solo pueblo de Dios, congregado en tomo a la
cruz, que es su único motivo de gloria. Aportarán a los que los reciban la
alegría y la paz prometidas por los profetas, especialmente Isaías, acreditando
su mensaje con las obras que realicen. Por otro lado, san Lucas menciona la
presencia de algunas mujeres junto a Jesús, al pie de la cruz y en el momento
de su sepultura. Son también mujeres las primeras que reciben la noticia de la
resurrección y las encargadas de transmitirla a los discípulos. Por su parte,
el libro de los Hechos de los apóstoles menciona también a otras mujeres que
desempeñan un papel importante dentro de las primeras comunidades cristianas;
de algunas de ellas se ha conservado el nombre.
La misión de los setenta y dos ofrece así un auténtico
avance de la Iglesia misionera querida por Jesús.
PRIMERA LECTURA
La alegría que el Señor ha dado «ya» a los que ha
congregado anuncia un gozo «todavía» mayor.
Yo haré derivar hacia
ella, como un río, la paz.
Lectura del libro de
Isaías 66,10-14c
Festejad a Jerusalén, gozad con
ella,
todos los que la amáis,
alegraos de su alegría,
los que por ella llevasteis luto.
todos los que la amáis,
alegraos de su alegría,
los que por ella llevasteis luto.
Mamaréis a sus pechos y os
saciaréis de sus consuelos,
y apuraréis las delicias de sus ubres abundantes.
y apuraréis las delicias de sus ubres abundantes.
Porque así dice el Señor:
- “Yo haré derivar hacia ella,
como un río, la paz,
como un torrente en crecida,
las riquezas de las naciones.
como un río, la paz,
como un torrente en crecida,
las riquezas de las naciones.
Llevarán en brazos a sus
criaturas
y sobre las rodillas las acariciarán;
como a un niño a quien su madre consuela,
así os consolaré yo,
y en Jerusalén seréis consolados.
y sobre las rodillas las acariciarán;
como a un niño a quien su madre consuela,
así os consolaré yo,
y en Jerusalén seréis consolados.
Al verlo, se alegrará vuestro
corazón,
y vuestros huesos florecerán como un prado;
la mano del Señor se manifestará a sus siervos.”
y vuestros huesos florecerán como un prado;
la mano del Señor se manifestará a sus siervos.”
Palabra de Dios.
SALMO
La paz recibida de Dios suscita siempre una alegría
nueva, que se quisiera compartir con todo el mundo.
Salmo 65, 1-3a. 4-5.
6-7a. 16 y 20
R
Aclama al Señor,
tierra entera.
Aclama al Señor, tierra entera,
tocad en honor de su nombre,
cantad himnos a su gloria;
decid a Dios: «¡Qué temibles son tus obras!». R
tocad en honor de su nombre,
cantad himnos a su gloria;
decid a Dios: «¡Qué temibles son tus obras!». R
Que se postre ante ti la tierra
entera,
que toquen en tu honor,
que toquen para tu nombre.
que toquen en tu honor,
que toquen para tu nombre.
Venid a ver las obras de Dios,
sus temibles proezas en favor de los hombres. R
sus temibles proezas en favor de los hombres. R
Transformó el mar en tierra firme,
a pie atravesaron el río.
a pie atravesaron el río.
Alegrémonos con Dios,
que con su poder gobierna eternamente. R
que con su poder gobierna eternamente. R
Fieles de Dios, venid a
escuchar,
os contaré lo que ha hecho conmigo.
os contaré lo que ha hecho conmigo.
Bendito sea Dios, que no rechazó
mi súplica,
ni me retiró su favor. R
ni me retiró su favor. R
SEGUNDA LECTURA
Al final de la carta a los Gálatas, san Pablo vuelve
sobre lo que ha sido su leitmotiv: el cristiano debe gloriarse únicamente en la
cruz de Cristo, porque ella es para todos la única fuente de la salvación.
Yo llevo en mi cuerpo
las marcas de Jesús.
Lectura de la carta
del apóstol san Pablo a los Gálatas 6,14-18
Hermanos:
Dios me libre de gloriarme si no
es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, en la cual el mundo está crucificado
para mí, y yo para el mundo.
Pues lo que cuenta no es circuncisión
o incircuncisión, sino una criatura nueva.
La paz y la misericordia de Dios
vengan sobre todos los que se ajustan a esta norma; también sobre el Israel de
Dios.
En adelante, que nadie me venga
con molestias, porque yo llevo en mi cuerpo las marcas de Jesús.
La gracia de nuestro Señor
Jesucristo esté con vuestro espíritu, hermanos. Amén.
Palabra de Dios.
ALELUYA Col 3,15a.16a
Aleluya. Aleluya.
Regocijaos y estad
alegres
porque vuestros nombres
están inscritos en el cielo. Aleluya.
porque vuestros nombres
están inscritos en el cielo. Aleluya.
Aleluya, aleluya.
Que la paz de Cristo actúe de
árbitro
en vuestro corazón;
la palabra de Cristo habite entre vosotros
en toda su riqueza. Aleluya.
en vuestro corazón;
la palabra de Cristo habite entre vosotros
en toda su riqueza. Aleluya.
EVANGELIO
A los doce discípulos que reúne en un primer momento en
torno a sí, ya los que san Lucas llama «los doce apóstoles», Jesús asocia
otros, enviados también ellos en misión. No deben detenerse por el mal
recibimiento que puedan tener; han de actuar como el Señor A los que los
escuchen les aportarán los bienes más preciosos: la paz de Dios y la liberación
de las fuerzas del mal, de las que son signo y promesa las curaciones de los
poseídos y de los enfermos.
Descansará sobre
ellos vuestra paz.
+ Lectura del santo
evangelio según san Lucas 10,1-12. 17-20
En aquel tiempo, designó el Señor
otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos
y lugares adonde pensaba ir él. Y les decía:
- “La mies es abundante y los
obreros pocos: rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies.
¡Poneos en camino! Mirad que os mando
como corderos en medio de lobos. No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias; y
no os detengáis a saludar a nadie por el camino.
Cuando entréis en una casa, decid
primero: «Paz a esta casa», y, si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos
vuestra paz; si no, volverá a vosotros.
Quedaos en la misma casa, comed y
bebed de lo que tengan: porque el obrero merece su salario.
No andéis cambiando de casa. Si
entráis en un pueblo y os reciben bien, comed lo que os pongan, curad a los
enfermos que haya, y decid: «Está cerca de vosotros el Reino de Dios».
Cuando entréis en un pueblo y no
os reciban, salid a la plaza y decid: «Hasta el polvo de vuestro pueblo, que se
nos ha pegado a los pies, nos lo sacudimos sobre vosotros. De todos modos,
sabed que está cerca el Reino de Dios».
Os digo que aquel día será más
llevadero para Sodoma que para ese pueblo.”
Los setenta y dos volvieron muy
contentos y le dijeron:
- “Señor, hasta los demonios se
nos someten en tu nombre.”
Él les contestó:
- “Veía a Satanás caer del cielo
como un rayo. Mirad: os he dado potestad para pisotear serpientes y escorpiones
y todo el ejército del enemigo. Y no os hará daño alguno. Sin embargo, no
estéis alegres porque se os someten los espíritus; estad alegres porque
vuestros nombres están inscritos en el cielo.”
Palabra de Dios.
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